martes, marzo 06, 2007

Nanomedicina. 6/25. Fármacos de pequeña escala.


La nanotecnología ya cambió el modo de formular algunos medicamentos y, en ciertos casos, reformularlos. Cuando un compuesto farmacéutico es formulado como nanopartícula, aumenta su nivel de disponibilidad biológica. En otras palabras, el cuerpo puede absorber un compuesto, así formulado, más pronto y fácil —y como tal utilizarlo más eficazmente— si el compuesto existe en una escala más cercana a la escala en que ocurren los procesos biológicos. El nivel de disponibilidad biológica de una droga es uno de los elementos importantes para determinar su eficacia. Una firma de investigación de mercados calcula que 65 mil millones de dólares de los ingresos anuales procedentes del mercado de medicamentos (casi 16 por ciento de las ventas totales de la industria farmacéutica) provienen de fármacos que cuentan con poca disponibilidad biológica, lo que propicia más altos costos para los pacientes, tratamientos ineficaces y un mayor riesgo de toxicidad.27

Elan Corporation, con sede en Dublín, Irlanda, ha desarrollado un proceso patentado para “moler” compuestos farmacéuticos y producir pequeñas partículas (comúnmente menores a 100 nm) que cuentan con una disponibilidad biológica mayor y tasas de absorción más veloces, según informes de la propia compañía.28 Elan afirma también que las drogas nanológicas recién formuladas eliminan la “variabilidad ayuno/saciedad” (es decir, que importa menos si la droga se toma junto con los alimentos). Las grandes compañías farmacéuticas como Wyeth, Merck y Abbot ya le entregaron sus compuestos patentados a Elan para que los “muela”. En la mayor parte de los casos, las drogas ya contaban con la aprobación de la FDA estadunidense en sus formulaciones de mayor tamaño, y mientras las compañías puedan demostrar su “bioequivalencia”29 —que la diferencia en la acción de la droga entre su antigua y su nueva formulación es “médicamente insignificante”—, la nueva versión nanológica no es sometida a un más escrutinios regulatorios, como lo sería si se pidieran más pruebas clínicas.30
Las farmacéuticas confían en sus formulaciones nano-particuladas para mejorar el valor terapéutico de “drogas de bajo desempeño”, pero también buscan mejorar sus ganancias. Es posible que viejos medicamentos, que ya no están en el mercado por su baja eficacia o por sus efectos colaterales potencialmente adversos en ciertas poblaciones de pacientes, puedan hacerse más eficaces o más seguros si se reformulan nanoscópicamente, lo que reduciría significativamente el costo del proceso de desarrollo de medicamentos. Las compañías farmacéuticas ya sacan ventaja de la expansión de la protección de sus patentes, algo que es posible mediante sus formulaciones nano-particuladas.31 Incluso en los casos en que no pueda demostrarse una bioequivalencia entre un medicamento y su contraparte nanoescalar —y se hagan necesarias más pruebas clínicas, existe en Estados Unidos una ventaja estratégica: al posesionario de una patente se le concede un periodo de tres o cinco años de “exclusividad sin patente”, mientras se somete el medicamento a nuevos ensayos clínicos.32 Este periodo es independiente de los derechos de patente y beneficia a las grandes farmacéuticas porque mantiene a raya a las compañías que producen medicamentos genéricos más baratos.33