Nanomedicina. 15/25. Necesidades en salud e innovación científica.
Hay un “desajuste fundamental” entre las necesidades humanas y la innovación científica.117 La vasta mayoría de los medicamentos comerciales no es relevante para las enfermedades tropicales. Sólo uno por ciento de las medicinas que llegaron al mercado entre 1974 y 2004 fue desarrollado específicamente para combatir las enfermedades tropicales y la tuberculosis.118
* La salud, la pobreza y el ambiente están inextricablemente vinculados. Según la OMS, los ambientes insalubres (agua potable poco segura, higiene deficiente y otros factores ambientales) ocasionan casi un tercio de todas las muertes y enfermedades en los países en desarrollo.119 La diarrea infecciosa mata a 1.8 millones de personas por año —casi todas son niños. El 88 por ciento de la carga global de diarrea infecciosa es ocasionada por condiciones de salubridad, higiene y agua poco seguras.120
* El Sur global da cuenta de más del 80 por ciento de la población, pero únicamente del 10 por ciento de las ventas de medicamentos. En 2005, África tenía 1.1 por ciento del mercado farmacéutico global. (América del
Norte, Europa y Japón cuentan con 86 por ciento de dicho mercado.)121
Hoy, los sistemas formales de atención a la salud dependen en gran medida de la innovación médica y de tecnologías diseñadas primordialmente para responder a los mercados de salud en los países de la OCDE. La investigación y el desarrollo de la medicina en estos países se basan, primero y sobre todo, en la prosecución de las ganancias de las industrias farmacéuticas, no en las necesidades o el desarrollo de los seres humanos. Noventa por ciento de la investigación y el desarrollo en salud se dedica a condiciones que afectan tan sólo al 10 por ciento de la población. Por ejemplo, la malaria da cuenta actualmente de 3.1 por ciento de la carga global de enfermedades, pero únicamente del 0.3 por ciento de la inversión en la investigación relacionada con aspectos de salud y su desarrollo (268 millones de dólares). Si la investigación de la malaria se financiara con la tasa promedio de otras investigaciones recibiría más de 3 300 millones de dólares por año —más de 10 veces el financiamiento que actualmente recibe.122
Pero sería sesgado sugerir que la industria farmacéutica es un motor de innovación relacionada con la salud pública en los países de la OCDE. En décadas recientes, la industria farmacéutica ha perdido abruptamente su impulso innovador. Es frecuente que sean el gobierno y los laboratorios universitarios quienes conducen las investigaciones más innovadoras, que luego adquieren las grandes firmas farmacéuticas.123 En Estados Unidos, por lo menos una tercera parte de las medicinas comercializadas por las grandes compañías de medicamentos proviene de licencias obtenidas de las universidades o de las pequeñas compañías de biotecnología.124 Tras décadas de fusiones y adquisiciones, la industria del fármaco se consolida en manos de muy pocas y enormes corporaciones.
En los últimos diez años ha crecido la controversia acerca del papel que juegan las patentes monopólicas en hacer que los medicamentos sean incosteables para la gente pobre, y en crear barreras que impiden el acceso a medicinas cruciales para salvar vidas. Las salvaguardas reafirmadas en Doha no se han hecho realidad y se erosionan rápidamente conforme los gobiernos ricos emprenden acuerdos bilaterales de comercio que imponen leyes de patentes más restrictivas por encima de los requisitos planteados por la OMC.
En 2004, las 98 más importantes compañías dedicadas a los medicamentos tenían ventas combinadas de 415 mil millones de dólares; las diez principales absorbían 59 por ciento del mercado global.125 En lugar de desarrollar nuevos compuestos, las compañías hacen modificaciones menores de los medicamentos existentes y sacan ventaja de las políticas de un gobierno inspirado por las industrias —que permiten a las compañías prolongar la vigencia de las patentes de medicamentos por los que obtienen muchas ganancias. Por ejemplo, de las 78 medicinas aprobadas por la agencia de administración de alimentos y medicinas estadunidense, la Food & Drug Administration (FDA) en 2002, sólo 17 contenían nuevos ingredientes activos, y únicamente siete fueron clasificados por la FDA como mejoras de las medicinas existentes.126 Los otros 71 medicamentos son drogas “yo también”, es decir, remodelaciones de viejas medicinas y que no son mejores que otros productos que están ya en el mercado. (Es como si las compañías dijeran: yo también quiero lucrar con este producto.) Las compañías están buscando frenar el desarrollo de genéricos más baratos, lo cual, con frecuencia se hace pagando a los fabricantes de genéricos para que retrasen la venta del producto competitivo.127
En 2004, las 98 más importantes compañías dedicadas a los medicamentos tenían ventas combinadas de 415 mil millones de dólares; las diez principales absorbían 59 por ciento del mercado global.125 En lugar de desarrollar nuevos compuestos, las compañías hacen modificaciones menores de los medicamentos existentes y sacan ventaja de las políticas de un gobierno inspirado por las industrias —que permiten a las compañías prolongar la vigencia de las patentes de medicamentos por los que obtienen muchas ganancias. Por ejemplo, de las 78 medicinas aprobadas por la agencia de administración de alimentos y medicinas estadunidense, la Food & Drug Administration (FDA) en 2002, sólo 17 contenían nuevos ingredientes activos, y únicamente siete fueron clasificados por la FDA como mejoras de las medicinas existentes.126 Los otros 71 medicamentos son drogas “yo también”, es decir, remodelaciones de viejas medicinas y que no son mejores que otros productos que están ya en el mercado. (Es como si las compañías dijeran: yo también quiero lucrar con este producto.) Las compañías están buscando frenar el desarrollo de genéricos más baratos, lo cual, con frecuencia se hace pagando a los fabricantes de genéricos para que retrasen la venta del producto competitivo.127
Es típico que las compañías de fármacos intenten justificar sus elevados precios señalando los costos de su enorme aparato de investigación y desarrollo. En realidad, las farmacéuticas gastan mucho más en “mercadotecnia y administración” que en investigación, desarrollo y fabricación. La investigadora en salud Marcia Angell calcula que los gastos de comercialización de las grandes empresas de medicamentos llegaron a 54 mil millones de dólares en 2001 —30 por ciento de las entradas de la industria, que son del orden de los 179 mil millones de dólares.128 Eso incluye, por ejemplo, los gastos en publicidad directa al consumidor, el costo de emplear a 88 mil representantes de venta que visiten los consultorios, más las muestras gratis y los regalos que le dan a los médicos, la publicidad en las revistas especializadas y la mercadotecnia y la promoción disfrazadas de “educativas”.
En los últimos diez años ha crecido la controversia acerca del papel que juegan las patentes monopólicas en hacer que los medicamentos sean incosteables para la gente pobre, y en crear barreras que impiden el acceso a medicinas cruciales para salvar vidas.129 En 1994, la creación de la Organización Mundial de Comercio y su Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC en castellano), ampliamente conocidos como TRIPs [Trade Related Intellectual Property] mandataron que los países en desarrollo adoptaran las patentes farmacéuticas ya existentes. Por insistencia de los gobiernos del Sur, la Declaración de Doha de la OMC, emitida en 2001 en relación con el Acuerdo sobre TRIPs y Salud Pública, reafirmó el derecho de los gobiernos de utilizar mecanismos de licencia obligatorios que facilitaran el acceso a medicinas más baratas mediante la importación o la producción local, y la necesidad de exentar a los países menos desarrollados de la concesión y la puesta en efecto de las patentes farmacéuticas hasta 2016.130
Pero las salvaguardas reafirmadas en Doha no se han hecho realidad y se erosionan rápidamente conforme los gobiernos ricos emprenden acuerdos bilaterales de comercio que imponen leyes de patentes más restrictivas por encima de los requisitos planteados por la OMC, lo que mina la Declaración de Doha. El gobierno estadunidense, por ejemplo, promueve vigorosamente acuerdos de comercio bilaterales o regionales que obligan a los países pobres a reconocer un régimen conocido como “TRIPs-plus” —previsiones cuyo propósito es prolongar los monopolios de las patentes de las grandes farmacéuticas, que limitan el uso de mecanismos de licencia obligatorios y el acceso a medicamentos genéricos más baratos.131
"La introducción al mercado de fármacos nanotecnológicos comienza en el mismo momento en que se acelera el dislocamiento de las pruebas clínicas de ciertas drogas, que ahora se realizan en el Sur global. Si uno evita que los países utilicen medicamentos genéricos, se crea un obstáculo concreto para allegarse fármacos. Entonces se promueve el genocidio, porque está uno matando a la gente". Pedro Chequer, jefe del programa nacional contra el SIDA, de Brasil.
Los analistas apuntan que las drogas habilitadas con nanotecnología propiciarán que se garanticen y prolonguen las patentes exclusivas, monopólicas, que cubren los compuestos medicamentosos ya existentes. Según un analista de la industria, “los sistemas de suministro de fármacos habilitados con nanotecnología han demostrado ser un arma contra los genéricos”132 porque las nuevas reformulaciones nanoescalares pueden permitir que un compuesto existente califique como una Nueva Entidad Química. “Esto puede incrementar la rentabilidad, expandir el acopio de propiedad intelectual de una firma y desalentar a la competencia durante los años más valiosos de un medicamento”, según NanoMarkets.133 En este escenario de “proseguir con los negocios como siempre”, las innovaciones médicas de la nanotecnología probablemente concentrarán más el poder de la industria farmacéutica y tendrán muy poca relevancia en su respuesta a los problemas de salud y pobreza de las comunidades marginadas.
Las compañías que desarrollan mejoras en el desempeño humano, con tecnología de punta muy costosa, pueden buscar su aceptación ofreciéndolas como “terapias” para beneficio de los pobres del mundo en desarrollo. El escenario más probable es que el mejoramiento en el desempeño humano incrementará las disparidades entre ricos y pobres, tanto en el Norte como en el Sur global. La introducción al mercado de los medicamentos nanológicos comienza en el mismo momento en que se acelera el dislocamiento de las pruebas
clínicas de ciertas drogas, que ahora se realizan en el Sur global.134 Es irónico que, en última instancia, millones de pacientes en los países en desarrollo puedan acceder a los medicamentos de las grandes compañías únicamente cuando sirven de conejillos de indias de tratamientos nuevos y experimentales. Para 2010, se calcula que habrá dos millones de personas en India a quienes se apliquen pruebas clínicas —la vasta mayoría de las cuales es pobre y analfabeta.135
En 2005, el gobierno de India revocó el requisito de que cualquier medicamento debía demostrar ser seguro en pruebas conducidas en el país de origen, antes de probarse en la población de India.136 NanoBiotech News apunta que algunas compañías de nano-biotecnología conducen las primeras etapas de sus ensayos clínicos fuera de Europa y Estados Unidos, pues fuera de su ámbito existen menos escollos regulatorios.137 Si continúa la tendencia, el Sur global será el ámbito de las primeras etapas de prueba de los medicamentos y dispositivos nanológicos.
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