lunes, febrero 19, 2007

Nanomedicina. 20/25. Conclusiones.

Conclusiones

¿Receta equivocada? El desarrollo de la nanomedicina y sus impactos en las comunidades marginadas debe entenderse en un contexto social y político más amplio. El punto fundamental —que no es particular de la nanotecnología— es que las nuevas tecnologías no han proporcionado soluciones a los complejos problemas que tienen sus raíces en la pobreza y las desigualdades sociales. Los medicamentos habilitados nanológicamente y las tecnologías de mejoramiento del desempeño humano amenazan desviar, de las necesidades fundamentales de salud, los escasos fondos destinados a la investigación médica y su desarrollo.

Es más, el énfasis en intervenciones médicas de alta tecnología amenaza desviar la atención y los recursos de las aproximaciones no médicas que intentan impulsar el desarrollo humano. Las intervenciones básicas que
conducen a mejoras en salubridad, vivienda, nutrición, educación y en el acceso a agua limpia —por ejemplo— pueden, en última instancia, conducir a mucho mayores avances en la salud humana que las tecnologías médicas de punta.

La innovación en nanomedicina obtiene su impulso principalmente del Norte y busca cumplir las necesidades de salud (orientadas al mercado) de los países de la OCDE. Hoy, la vasta mayoría de la investigación médica y su desarrollo está determinada por la ganancia, no por las necesidades humanas. Aunque algunos promotores de la nanotecnología resaltarán los sorprendentes casos que ejemplifican, según nos aseguran, el potencial de
la nanotecnología para responder a las principales necesidades de salud en el mundo en desarrollo (un microbio diseñado que sintetiza un poderoso fármaco contra la malaria y un microbicida para proteger a las mujeres contra el VIH/SIDA), es muy probable que los tratamientos de patente, de alta tecnología, serán muy inadecuados, inaccesibles e incosteables para las comunidades marginadas del Norte y del Sur. Una investigación y un desarrollo en nanotecnología dedicados a allegarnos de agua segura y energía sustentable podrían ser una inversión más efectiva para dar respuesta a los aspectos fundamentales de la salud. Sin embargo, estas aplicaciones requieren estudios ulteriores que están más allá del alcance de este informe.

En los años por venir habrá un mayor énfasis en la medicina personalizada. La convergencia tecnológica hará posible, en teoría, refinar la estructura, la función y las capacidades de los cuerpos y los cerebros humanos. La línea entre mejoramiento/refinamiento y terapia terminará por desaparecer, y sesgará la percepción de la sociedad de lo que se considera “normal”.

El énfasis en el mejoramiento del desempeño humano, no sólo amenaza redirigir los escasos fondos de investigación y desarrollo en medicina, desviándolos de las necesidades esenciales de salud de la gente marginada, sino que a fin de cuentas creará una “brecha de capacidades”. Al igual que la brecha digital, la brecha de capacidades ensanchará el abismo entre el Norte y el Sur, entre ricos y pobres, por todas partes. Es probable que en el contexto social y político que prevalece, la introducción de penetrantes tecnologías del refinamiento humano provoque la marginación de más grupos de personas.

Hay muchas cuestiones fundamentales sin respuesta, en relación a los impactos ambientales y de salud de los materiales nanoescalares que ya se usan en el desarrollo de medicamentos de innovación. Aunque muchos promotores prometen que la nanotecnología nos brindará revolucionarios avances en la medicina, es también posible que algunas de sus aplicaciones introduzcan nuevos riesgos a la salud humana. Es prácticamente desconocida la toxicología de los materiales nanoscópicos diseñados, y de los estudios toxicológicos que se condujeron con la misma sustancia formulada en partículas de mayor escala no pueden extrapolarse datos. Los recientes estudios toxicológicos sobre los impactos ambientales y de salud de las nanopartículas fabricadas indican que hay razones para preocuparnos. Y, pese al hecho de que algunos productos nanoescalares ya se comercializan (incluidos algunos medicamentos nanológicos), ningún gobierno del mundo ha desarrollado regulaciones que respondan a los aspectos de seguridad que implican los materiales nanométricos.

Dado que la tendencia creciente es probar los fármacos mediante pruebas clínicas efectuadas en algunas áreas del mundo en desarrollo, muchos de los nano-medicamentos acabarán probándose en personas del Sur global, antes de que de someterse a prueba en su país de origen y reciban la aprobación de los gobiernos del Norte. Actualmente no hay siquiera requisitos para etiquetar los materiales nanológicos, y no hay definiciones ni criterios establecidos para describirlos. En este vacío de regulaciones, es preocupante que los gobiernos del Sur (y las personas en quienes se prueban estos fármacos) no estén plenamente informados del
involucramiento de la nanotecnología en las pruebas clínicas llevadas a cabo a nivel local o nacional.

En la Asamblea Mundial de la Salud (el organismo de gobierno de la Organización Mundial de la Salud) de mayo de 2006, los gobiernos se comprometieron a comenzar a trabajar una estrategia y un marco de trabajo globales para respaldar una estrategia de investigación y desarrollo en salud esencial, basada en las necesidades de la población. El nuevo marco de trabajo enfatizará el acceso a nuevas invenciones médicas y explorará métodos para incentivar las innovaciones que no se basen en los monopolios de mercado o en los altos precios. La resolución adoptada por dicha asamblea es un ambicioso paso en la dirección correcta.