CTI (31.05.05) e. Capital humano
4 Capital Humano
Diagnóstico
Desigual distribución del capital humano en Chile. De no cerrar las brechas en educación y tecnología (esta última como motor de la demanda privada por capital humano) las probabilidades de experimentar un crecimiento significativo en productividad y mejorar la equidad son muy bajas.
Según el Índice de Competitividad para el Crecimiento del World Bank Forum del año 2004, Chile presenta un rendimiento deficiente en el ámbito de “capital humano” particularmente rezagado en disponibilidad de profesionales técnicos, así como en logro en matemáticas a nivel básico.
Deficiente calidad de la educación. Ésta se traduce en la evolución de los resultados de la prueba SIMCE y los bajos resultados obtenidos en pruebas estandarizadas internacionalmente como el Estudio Internacional de tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS)[1]; y el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA)[2]. Ciertamente, Chile es superado por aquellos países con un mayor nivel de desarrollo, especialmente por los más innovadores. Los estudiantes chilenos muestran rendimientos incluso inferiores a los esperados para el nivel de gasto en educación por estudiante del país, controlando por su nivel de desarrollo.[3]
En términos de las evaluaciones internacionales de competencias laborales, el estudio sobre alfabetización adulta (IALS) de la OCDE concluyó que en 1998 sólo el 12,9% de los trabajadores chilenos de entre 16 y 65 años mostraba competencias superiores al nivel básico, mientras que en países innovadores como Finlandia este porcentaje llegaba a 63,6%.
En términos de la educación superior, Chile presenta una cobertura significativamente inferior a la de los países innovadores (37.5% versus 63.6%). Sin embargo, se espera que nuestro país experimente una creciente demanda por educación superior en los próximos años.
En Chile existe una brecha de técnicos y profesionales en la fuerza laboral respecto de países innovadores. Según estadísticas del Banco Mundial, en Chile sólo un 10.2% de la fuerza laboral es técnico-profesional, en contraste con los países innovadores, donde esta cifra se eleva al 29.2%.
También existe una brecha de profesionales con doctorado en la fuerza laboral respecto de países innovadores. Según Tokman y Zahler (2004), en el período 1996-1999 Chile incorporó a su fuerza laboral sólo 3 PhD en ciencia por cada millón de habitantes, mientras que Suecia y Finlandia incorporaron 197 y 177, respectivamente.
Mayoría de los profesionales dedicados a la I+D trabaja en el sector público (casi un 90% del total del personal dedicado a la I+D) lo que contrasta con las economías de la OECD donde la mayoría se desempeña en el sector privado.
Propuestas
Mas allá de las propuestas que surjan directamente de aquellos que están revisando el tema de educación, promover también formación de profesionales con doctorado en áreas clave para la actividad innovativa, como por ejemplo, PhD en ciencias aplicadas.
Motivar la generación de carreras y/o especializaciones en gestión tecnológica y actividades relacionadas que permitan una fluida relación entre los agentes involucrados en estos temas.
Promover subsidios a contratos de personal científico al interior de las empresas privadas, señalando los retornos esperados asociados a la carrera científica aplicada.
Generación de mecanismos de uso masivo de tecnologías de información, en particular en los educandos a nivel básico. Así, los procesos de actualización tecnológica son mas rápidos aun cuando estos se desarrollen fuera del ámbito universitario.
[1] Prueba aplicada a alumnos de 8º grado en 2002. Entre 46 países Chile ocupó el lugar 39 en matemáticas y 36 en ciencias.
[2] Prueba aplicada a estudiantes de 15 años en el año 2000. Chile ocupó el lugar 34 entre 41 países.
[3] Ver Apéndice 4.
Diagnóstico
Desigual distribución del capital humano en Chile. De no cerrar las brechas en educación y tecnología (esta última como motor de la demanda privada por capital humano) las probabilidades de experimentar un crecimiento significativo en productividad y mejorar la equidad son muy bajas.
Según el Índice de Competitividad para el Crecimiento del World Bank Forum del año 2004, Chile presenta un rendimiento deficiente en el ámbito de “capital humano” particularmente rezagado en disponibilidad de profesionales técnicos, así como en logro en matemáticas a nivel básico.
Deficiente calidad de la educación. Ésta se traduce en la evolución de los resultados de la prueba SIMCE y los bajos resultados obtenidos en pruebas estandarizadas internacionalmente como el Estudio Internacional de tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS)[1]; y el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA)[2]. Ciertamente, Chile es superado por aquellos países con un mayor nivel de desarrollo, especialmente por los más innovadores. Los estudiantes chilenos muestran rendimientos incluso inferiores a los esperados para el nivel de gasto en educación por estudiante del país, controlando por su nivel de desarrollo.[3]
En términos de las evaluaciones internacionales de competencias laborales, el estudio sobre alfabetización adulta (IALS) de la OCDE concluyó que en 1998 sólo el 12,9% de los trabajadores chilenos de entre 16 y 65 años mostraba competencias superiores al nivel básico, mientras que en países innovadores como Finlandia este porcentaje llegaba a 63,6%.
En términos de la educación superior, Chile presenta una cobertura significativamente inferior a la de los países innovadores (37.5% versus 63.6%). Sin embargo, se espera que nuestro país experimente una creciente demanda por educación superior en los próximos años.
En Chile existe una brecha de técnicos y profesionales en la fuerza laboral respecto de países innovadores. Según estadísticas del Banco Mundial, en Chile sólo un 10.2% de la fuerza laboral es técnico-profesional, en contraste con los países innovadores, donde esta cifra se eleva al 29.2%.
También existe una brecha de profesionales con doctorado en la fuerza laboral respecto de países innovadores. Según Tokman y Zahler (2004), en el período 1996-1999 Chile incorporó a su fuerza laboral sólo 3 PhD en ciencia por cada millón de habitantes, mientras que Suecia y Finlandia incorporaron 197 y 177, respectivamente.
Mayoría de los profesionales dedicados a la I+D trabaja en el sector público (casi un 90% del total del personal dedicado a la I+D) lo que contrasta con las economías de la OECD donde la mayoría se desempeña en el sector privado.
Propuestas
Mas allá de las propuestas que surjan directamente de aquellos que están revisando el tema de educación, promover también formación de profesionales con doctorado en áreas clave para la actividad innovativa, como por ejemplo, PhD en ciencias aplicadas.
Motivar la generación de carreras y/o especializaciones en gestión tecnológica y actividades relacionadas que permitan una fluida relación entre los agentes involucrados en estos temas.
Promover subsidios a contratos de personal científico al interior de las empresas privadas, señalando los retornos esperados asociados a la carrera científica aplicada.
Generación de mecanismos de uso masivo de tecnologías de información, en particular en los educandos a nivel básico. Así, los procesos de actualización tecnológica son mas rápidos aun cuando estos se desarrollen fuera del ámbito universitario.
[1] Prueba aplicada a alumnos de 8º grado en 2002. Entre 46 países Chile ocupó el lugar 39 en matemáticas y 36 en ciencias.
[2] Prueba aplicada a estudiantes de 15 años en el año 2000. Chile ocupó el lugar 34 entre 41 países.
[3] Ver Apéndice 4.
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